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En un jardín sereno, bajo la luz de un roble centenario, Sarah y Jake intercambiaron sus votos. No hubo una demostración ostentosa de riqueza y extravagancia, sino un testamento del compromiso firme de Jack con con Sarah y la celebracion de sus familias reunidas. La novia vistió un vestido simple y elegante, y el novio usó un traje que le habia sido legado por generaciones. La ceremonia se enfocó en el amor, unidad y la unión de dos familias, más que en la grandeza y la opulencia. Esta boda de bajo perfil, con su enfasis en el amor y la pertenencia, contrasta con la mayoría de las bodas, que priorizan el materialismo y la vanidad. Esto prueba que una boda, independientemente de su tamaño, debería ser una experiencia memorable y significativa para todos los presentes, dejando una impresión duradera de amor y unidad.
Vista preliminar de escena
